LPA Confidencial abordó la evolución de las escritoras y de los personajes femeninos en la producción ‘noir’
Además, el festival internacional de género negro y policiaco presentó y analizó la última entrega del escritor José Luis Correa, Las dos Amelias, donde los personajes femeninos adquieren protagonismo “por su fuerza natural”.
«¿Las mujeres matan igual o mejor que los hombres?” Con esta pregunta dio inicio la penúltima sesión del festival internacional de género negro y policiaco LPA Confidencial, dando paso así a la entrevista que realizó la docente, psicóloga y escritora Elisabet López Caballero a la filóloga, escritora y editora Laura Gomara, centrándose a continuación en la profundidad de la obra literaria y los personajes de En la sangre, segunda novela de la multipremiada autora.
«Es una pregunta recurrente; y es cierto que las mujeres matan, pero siempre han matado. Lo que pasa es que no forma parte del canon», afirmó Gomara, quien hizo referencia de las autoras pioneras en el género negro o policial, “pero son difíciles de leer porque su obra, en la mayor parte de los casos, ni está reeditada ni incluida en las colecciones específicas del género”.
No es una situación mejor la actual, lamentó Gomara, ya que «a las mujeres se nos exige ser especialmente cruentas para incluirnos en este género; si tiendes a hacer una novela más psicológica, sin crímenes, la tendencia es excluirte de él, algo que no ocurre con los escritores”.
Introduciendo elementos diferentes en su obra —y en el género—, Gomara ha apostado por relatar lo que llama el “mal cotidiano”, esto es: «Las malas decisiones que cualquiera de nosotras puede tomar en el día a día, que cambian el rumbo de nuestras vidas y que yo reflejo a través de mis personajes porque me resulta más interesante la realidad que la fantasía”. Aún sí, no deja de sorprenderse por las distintas reacciones que provoca en sus lectores un mismo personaje: “A algunos les produce rechazo total y a otros mucho atractivo”, de modo que seguirá indagando en la naturaleza emocional humana para crear personajes sutiles.
En el bloque del coloquio, dedicado a El cambio de roles de la mujer en la novela de género negro, evolución —o no— en la novela actual, las escritoras Laura Gomara y Yanet Acosta, moderadas por la periodista Jovanka Vaccari, hicieron un repaso por la literatura para destacar los cambios perceptibles en los personajes femeninos, que han pasado “de mujer florero a protagonista; cambios instigados por los propios autores masculinos, que ahora le dan un perfil más activo, de malota… pero sin dejar los tópicos de siempre”, matizó Acosta, “aunque, en general, el escritor hombre construye personajes bastante planos, hay pocos escritores que profundicen en la novela de personaje”. Un aspecto que suscribió Gomara, para quien el interés de sus creaciones reside “en la constelación de sentimientos y emociones que tiene cualquier persona normal pero, en particular, de aquellos que, en un momento dado, empujan a alguien a pasarse al otro lado, al oscuro” y que gusta de describir con detalle.
Una de las dificultades que hasta ahora se han encontrado las escritoras para acceder al mundo del género negro y para que se creen personajes más fieles a la realidad actual, es que “como nos acostumbran a leer autores varones que manejan valores del mundo masculino (la épica, la heroicidad, la acción), la literatura hecha por mujeres, aunque sea “muy negra, incluso sádica, es calificada de ñoña”, apostilló Yanet Acosta, “y quizás tenga también que ver el hecho de que, hasta hace nada, a los hombres les estaba culturalmente vedado hablar de sentimientos y, mucho menos, expresarlos”, complementó Laura Gomara. “Pero es inconcebible que a un personaje masculino, en las más duras situaciones, no se le escape ni una lagrimita”, bromeó Acosta.
En este sentido, la escritora admitió la evolución de sus propios personajes, tanto femeninos como masculinos, “pues, a partir de cierto momento, me interesó más ‘trabajar’ al hombre para ver su parte femenina, la ternura o la represión de sus sentimientos”. Algo similar le ocurrió a Gomara, ya que “desde el principio, mis protagonistas fueron mujeres; sin embargo, en mi siguiente entrega, el protagonista es un varón”.
Tras reconocer el esfuerzo emocional que supone ponerse en los zapatos de la mente asesina para imaginar las escenas que recogen sus historias —“yo he llegado a sentir miedo de lo que se me ocurría”, confesó Gomara; “a mí me ha revuelto más la no ficción cuando he tenido que escribir sobre casos reales”, señaló Acosta— lamentaron que, “aunque las cosas están cambiando”, la lectura del género negro sigue siendo mayoritariamente masculina y, peor, “las mujeres no leen a mujeres”.
Para concluir, ambas autoras coincidieron en que se ha producido una evolución evidente en los roles de los personajes femeninos en la producción noir, pero vienen de la mano de las escritoras que, inevitablemente, proyectan en ellos el universo emocional que conocen bien… además de la fantasía de la que es capaz su mente creativa.
Personajes femeninos más potentes, éxitos meteóricos y fracasos
Para finalizar la penúltima sesión de LPA Confidencial, Ricardo Blanco —o su alter ego, José Luis Correa—, se sometieron al interrogatorio perpetrado por la especialista en el autor, Jessica Suárez quien, entre otras cosas y tras hacer un somero repaso por algunos títulos recordando que Las dos Amelias es la decimoprimera novela, le preguntó si su personaje se adaptaba a la evolución del tiempo transcurrido a lo largo de los años, a lo que Correa respondió que “sin lugar a dudas compartían una evolución muy cercana” y expresó que en ello “va el reflejo de mi voz, mis dudas, mis miedos, mis fantasmas”.
Una historia que no es la última, pues Correa avanzó que ya está trabajando en la siguiente, además de tener otra terminada que se publicará el próximo año; “casualmente”, desveló, “trata sobre inmigrantes y pateras porque siempre supe que debía hablar sobre África, aunque ahora parezca oportunista por las cosas que están sucediendo”.
Jessica Suárez hizo un despliegue sobre el conocimiento de la obra del autor grancanario, único escritor de habla no catalana que publica la editorial Alba. Suárez realizó su tesis doctoral sobre la saga literaria de Correa, y señaló que “sus personajes femeninos han sufrido tal evolución a lo largo de su obra, que ahora son más potentes que los masculinos”. Correa admitió la observación, alegando que “las mujeres de mi vida son más fuertes que yo; y que conste que no es por una cuestión feminista, sino porque me rodean mujeres mucho más interesantes”.
Tras hablar del antihéroe y de los personajes que entran y salen de sus historias, el escritor insistió en que Las dos Amelias es la historia de dos mujeres que son “las dos caras de la misma moneda. Mientras una es una triunfadora, la otra no. Una es una influencer muy famosa y la otra una camarera de piso con un hijo. “Es algo que surgió sin planteármelo de antemano, porque la realidad es que nuestros hijos hoy quieren ser famosos, todos quieren ser influencers. Ya no quieren ser futbolistas o misioneros, ni escritores, profesores o arquitectos, aunque ahora con la pandemia hay un notable crecimiento de vocaciones de médicos y enfermeros, afortunadamente, pero la realidad es que la gente quiere ser famosa y tener éxito”, afirmó. Una reflexión sobre las relaciones humanas, la soledad y la violencia, que Suárez recomendó “leer sin falta”.